La familia de los 10 minutos se va de vacaciones
- taniabellofono
- 18 dic 2024
- 2 Min. de lectura

El final de curso, cuando los niños están de vacaciones escolares, suele ser todo un reto para los padres. En algunos casos, consiguen conciliar sus vacaciones laborales con las de los niños, mientras que en otros, la imposibilidad de estar con ellos causa preocupación, ya que las obligaciones parentales no se van de vacaciones.
Proporcionar seguridad, salud, higiene y alimentación son las funciones más evidentes de los padres, que también desempeñan un papel fundamental en la transmisión de normas y valores que ayudan a definir la realidad del niño. La forma en que se educa a los niños enfatiza ciertos aspectos del mundo en detrimento de otros. Este énfasis no siempre es consciente, pero tiene un impacto importante en el desarrollo de nuestros hijos, por lo que es importante evaluar el estímulo dado al niño en conjunción con los valores individuales de cada familia.
Estos patrones pueden observarse desde el principio de la vida del niño. Hay, por ejemplo, bebés que permanecen en su habitación en un ambiente más tranquilo, sin la compañía de otras personas, mientras que otros viven desde pequeños en un ambiente más ruidoso, rodeados de la compañía de otros niños y adultos, lo que puede ayudar al bebé a adaptarse a situaciones y ambientes más agitados.
Retomando la idea ya propuesta en artículos anteriores, de incluir la calidad en la relación entre padres e hijos (en los artículos de la serie «Familia 10 minutos»), reflexionemos sobre el período de vacaciones, pensando en cómo adaptar la nueva rutina a la necesidad constante de trabajo familiar. Utilizar la creatividad en las actividades cotidianas, cuando los padres también están de vacaciones, puede ser un gran programa. Cocinar, por ejemplo, con la participación del niño, obviamente siempre cuidando de su seguridad, se hace posible si tenemos más tiempo para invertir, ya que no tenemos las presiones de los horarios.
Organizar salidas junto con los niños, compartiendo intereses, también es una forma muy agradable de relacionarse y aprender, sobre todo cuando el programa ofrece oportunidades para probar situaciones nuevas en las que se valoran los gustos de todos los implicados. Recuerde que no debe pretender que le guste lo que no le gusta, pero experimentar es importante y demostrárselo a su hijo es la forma más eficaz de enseñarle que no puede disgustarle lo que no conoce.
Los padres que siguen trabajando durante las vacaciones de sus hijos también pueden ser creativos y estar presentes con ellos, aunque no sea físicamente. Pequeñas notas dejadas en casa, llamadas telefónicas durante el día y mensajes en el ordenador son algunas sugerencias, ¡pero seguro que pueden crear mucho más juntos! Recuerda también aceptar las sugerencias de los niños sobre cómo podría tener lugar esta presencia. En cuanto a los fines de semana, nada impide que los aproveches al máximo, aunque sigas trabajando durante la semana. ¿Qué tal planificar actividades «de vacaciones» para toda la familia?
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